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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Arder en la memoria

Y llegamos a la tercera novela. La última que he escrito hasta ahora. Se llama "Arder en la memoria" por uno de los versos del soneto de Quevedo "Amor constante más allá de la muerte". En concreto, el verso dice: Dejará la memoria, en donde ardía... Esa es una pista sobre el contenido de la novela.

Se trata de mi particular homenaje a mi pueblo. El pueblo en el que no nací, pero del que viene toda mi familia: Villanueva de los Infantes. En él murió Francisco de Quevedo en 1645 y, durante años,  el escritor ha sido el personaje más ilustre del lugar. Últimamente está teniendo que disputar el puesto con Cervantes, ya que unos estudios han venido a demostrar que "el lugar de la Mancha" era Infantes y desde entonces, don Quijote le roba protagonismo a don Francisco.

Como digo, es un homenaje a Infantes. Una novela con dos tramas muy distintas que suceden en momentos históricos diferentes, el siglo XVII y la actualidad, pero teniendo ambas como marco ese pueblo. No es puramente una novela histórica, sino una novela que tiene lugar en un contexto histórico, por lo que, aunque he intentado respetar hechos, lugares y costumbres, no es un fiel reflejo de la vida de la época.

Y lo que une las tramas son los sentimientos, que no cambian, que se repiten de forma inmutable pese al paso de los siglos.

En estos momentos, la novela está siendo valorada por Espasa. Esperemos que tenga mejor suerte que "Ni patria ni tribu".

En este caso también necesité una labor de investigación y, contrariamente a lo que me sucedió en la segunda novela, en esta el problema fue el exceso de información. La vida de Quevedo está tan bien documentada, el siglo XVII español se conoce tan exhaustivamente, que era fácil equivocarse. Espero no haberlo hecho. O al menos, que no se note demasiado.

Como siempre, os dejo un resumen.

Año 2011. Beatriz sueña con tener el valor suficiente para cambiar definitivamente su vida y para ello huye de Madrid y se recluye voluntariamente en Villanueva de los Infantes, un pueblo de la Mancha.

Año 1645. Rosario sueña con salir de ese mismo pueblo, en el que nació y que se ha convertido en una prisión para él, con sus anhelos puestos en la capital.

Escenarios idénticos que acogen dos historias muy distintas, separadas por más de trescientos años, pero unidas por las emociones, que se repiten a través de los siglos: amor, venganza, desesperación, intrigas, odios y muertes. Unas muertes que tejerán finalmente la conexión entre Beatriz y Rosario, a la sombra de la Inquisición y con la aportación involuntaria de uno de los grandes autores de las letras castellanas: Francisco de Quevedo.

2 comentarios:

  1. Una novela en la que se hable de mi pueblo siempre será atrayente; en este caso además se unen dos historias con interés, que se complementan muy bien.
    Los personajes de la historia actual reales, tanto que alguno puede encontrar su paralelo en gente conocida; la historia del XVII consigue incluso dar una explicación muy posible para el enigma de los restos de Quevedo (no cuento más para no desvelar nada).
    Espero que las editoriales sean más valientes que hasta ahora, y que incluso Infantes (sus autoridades), sepan ver un posible empuje turístico en la promoción de esta novela, y se impliquen en su apoyo.

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  2. No se si es la mejor novela de las que has escrito pero la historia antigua me ha dejado con un sabor de boca excelente. Me ha dado mucha rabia que se acabase porque quería más de esa época oscura. Echo de menos más de esta parte. En cuanto a la parte "moderna", las sorpresas se suceden con golpes efectivos en el lector. Me encanta la novela. Mi preferida hasta la fecha.

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