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domingo, 24 de noviembre de 2013

Concursos y resultados

Haciendo un balance de este 2013, tres de mis relatos se van a publicar:
  • "Platón", que ya forma parte del libro "Un cúmulo de circunstancias" de la editorial Marlex
  • "Todo era perfecto", que se incluirá en un libro recopilatorio que se presenta el próximo jueves 28 de noviembre (aún no sé el título).
  • "El toldero que leía a Murakami", que también se incluirá en un libro recopilatorio que saldrá a la luz a finales de año.
Todos ellos, junto con otros de mis relatos, están en este blog y podéis leerlos en cualquier momento.
 
No es un mal balance. Esperemos que para 2014 la noticia sea que por fin publico una de mis novelas.
 
Y prometo volver la semana que viene a este blog con un nuevo relato.

sábado, 2 de noviembre de 2013

La mujer es una isla

Vuelvo al blog después de más de una mes sin publicar nada (mi mayor ausencia), para dejaros mis impresiones sobre una de mis lecturas de este último verano: "La mujer es una isla" de Auður Ava Ólafsdóttir.
 
Era la primera novela que leía de esta autora y llegué a ella de un modo casual, a través de la foto del perfil en WhatsApp de una amiga. Después de darle muchas vueltas a qué comentarios iba a hacer de ella en el blog, he decidido ceñirme a la primera impresión que tuve al cerrar definitivamente el libro: la novela es como la isla. Y sí, estoy parafraseando el título; pero es que mi sensación fue la misma que tuve en Islandia: frío, dureza, aburrimiento en algunos casos y un cierto toque de puerilidad, de infantilismo.
 
No diré que no tenga hallazgos destacables. Los paisajes de Islandia son únicos. La novela puede que también, o al menos, bastante original. Pero a mí los paisajes, por muy impresionantes que sean (y los de Islandia lo son) no llegan a conmoverme hasta el punto que lo hacen las experiencias, la historia, el arte. Y además, no soporto el frío. Y la novela lo es. Al menos para mí. Fría, insustancial, en algunos casos aburrida. No traslada emociones. No llega. Y rara. Muy rara. Como ese país de géiseres (¿es ése el plural?) y glaciares, en el que los volcanes y las cascadas se suceden interminablemente. Esa naturaleza joven y sin acabar que es como el libro, una historia que no lleva a ningún sitio y que sorprende y llega a aburrir por su simplicidad.
 
"La mujer es una isla" me produce una sensación de novela a medias, como si estuviésemos leyendo el borrador que la autora aún no se ha atrevido a circular entre sus más leales amistades. Es como si nos asomásemos a unas reflexiones inacabadas, como si esa carretera circular que es el marco de la historia, girase y girase sin llegar a ninguna parte, o peor aun, volviendo y volviendo sobre sí misma.
 
El argumento es el siguiente: la protagonista (de la que no aparece el nombre en toda la novela), una treintañera a la que su marido acaba de pedir el divorcio, decide dar un giro radical a su vida como consecuencia de la profecía de una médium, que le augura que en trescientos kilómetros conocerá a tres hombres (uno de ellos será el amor de su vida) y le tocará la lotería. Emprende un viaje por la carretera que rodea la isla  -la única verdaderamente transitable - sólo con la  compañía del hijo de su amiga (que va a dar a luz), un niño sordomudo y con una grave deficiencia visual.
 
Pero aparte de lo que he contado no pasa nada más. Al menos,  nada importante. Las ideas y los acontecimientos se suceden en el libro y en la vida de la protagonista prácticamente sin consecuencias.
 
Concluyendo: la novela no me gusta. No la recomiendo. Es insulsa y no considero que esté bien escrita - aquí, como en otras, luchamos con la traducción -
 
Y que conste que no tengo manía a los autores islandeses. Las novelas de Arnaldur Idridanson, de las que he leído varias, me resultan interesantes teniendo en cuenta su género. Y, por si acaso lo ha parecido, tampoco tengo manía a Islandia. Es uno de los países más originales que he conocido (o el que más)... Pero no me gusta el frío.