La semana pasada acudí a mi cita
anual con la Feria del Libro de Madrid. Compré varios títulos que poco a poco
iré comentando en el blog. (Aunque tengo libro electrónico sigo sin poder
resistirme al encanto, cada vez más decadente, del papel)
El primero es “Perdida” de la
autora estadounidense Gillian Flyn. La publicidad dice de esta novela que ha
sido la que ha desbancado en ventas a “Cincuenta sombras de Grey”. Siendo un
hecho objetivo, desde mi punto de vista, que ambos títulos aparezcan juntos en
una frase puede llamar a error. Nada que ver. Si “Cincuenta…”, a mi parecer, no
es literatura, “Perdida” bebe de las fuentes clásicas de la novela policiaca.
Es una historia bien resuelta, que te mantiene alerta, te sorprende con giros
inesperados, y responde bastante bien a lo que se pide a una novela de este
género. Eso mismo han debido pensar otros muchos lectores, porque es el tercer
libro electrónico más vendido de la historia, además de contar con el apoyo de
la crítica y con varios premios.
“Perdida” te engancha desde el
principio. Como buena novela policiaca comienza planteando la incógnita: ¿Dónde
está Amy?, ¿está muerta?, ¿desaparecida?, ¿qué ha pasado con ella? La primera
parte intenta darnos algunas respuestas a esa pregunta inicial, a través de los
ojos de su marido, Nick, y de la propia Amy, que con su diario, nos conduce al
pasado, a la historia de esta pareja que se parece tanto a otras que conocemos.
Con la crisis económica como escenario, asistimos a los cambios que va
experimentando la vida de los Dunne y cómo afectan a su relación. Al final esta
parte puede llegar a resultar un poco cargante, sobre todo, las últimas
entradas del diario de Amy, enterrada en un pueblo de Missouri, tan lejos – en
todos los sentidos - de su Nueva York natal, que nos muestran a una mujer
asustada, incómoda en su vida forzada de ama de casa, que parece seguir a pies
juntillas los consejos de esa Elena Francis que acompañó mi infancia: no le molestes, procura agradarle, vive en
función de él…
Pero si consigues superar las
trescientas páginas de la Parte Primera, te espera un giro que te impedirá
dejar de leer.
Gillian Flyn maneja bastante bien
las voces de los personajes. Igual intensidad en el protagonista masculino
(Nick) que en los principales personajes femeninos (por supuesto Amy, la
asombrosa Amy, pero también Go, Andie y Boney, la policía) A destacar el
contraste entre el arquetipo femenino que nos brindan otras novelas – presente en
la primera parte del libro – y el personaje descarnado, retorcido y carente de
empatía que aparece en la segunda parte
Y no quiero adelantar nada más.
Un viaje por la cotidianidad y el desgaste de la vida en pareja, que me ha traído resonancias de otra novela; una
muy distinta que no me dejó gran huella cuando la leí, pero que ha ido ganando
a través del recuerdo: “Las variaciones Bradshaw”, de la británica Rachel Cusk.
¿Quién te conoce mejor que tu propia pareja, la persona que convive contigo? Y eso no tiene que ser necesariamente bueno…
¿O sí?
En definitiva, una buena novela
policiaca, que algunos han comparado con las de Patricia Highsmith. Es posible,
pero tengo que reconocer que a mí, Tom Ripley siempre me ha caído bien y no sé
si puedo decir lo mismo de los protagonistas de esta historia.