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viernes, 25 de noviembre de 2011

Mis hijos proscritos

Hoy voy a dejar, como página a la derecha, algo distinto. Ni siquiera yo sé muy bien qué es. No sabría si calificarlo de cuento, de escrito poético, o de qué sé yo. Lo que está claro es que es prosa, pero no se puede considerar, en sí, una narración. Lo encontré entre mis papeles, cuando hacía una mudanza. Está fechado en junio de 1983 (sí, no es un error, hace más de 28 años). Por aquella época yo ya escribía. Escribía más y con más ambición que ahora. Y recuerdo haber escrito esto. Pero, al leerlo, después de tantos años, me ha parecido muy extraño. No puedo juzgar si bueno o malo. Pero raro, muy raro.

Y no digo más. Leedlo y me contáis qué os parece.

(Para todo aquel que esté haciendo cuentas, y a pesar de que en mi perfil no he especificado la edad, diré que en 1983 yo tenía dieciseis años. El cálculo es fácil).

jueves, 24 de noviembre de 2011

Un plan sencillo

Hoy voy a comentar la novela "Un plan sencillo", de Scott Smith. Fue escrita en 1993 y llevada a la pantalla en 1998. Yo no he visto la película, por lo que no voy a hablar de ella. El libro lo leí porque me lo habían recomendado. Me decían que reflejaba un dilema moral y que planteaba un conflicto ante el que no podías mantenerte neutral. Que recordaba a "Fargo", la película de los hermanos Cohen. Que merecía la pena. Las críticas que he leído parecían coincidir con esas opiniones. Pero yo no... Será que no he captado bien el mensaje. O que no es el tipo de novelas que me gustan. Será lo que sea, pero se me ha hecho pesada.

Empieza bien. Entra en la historia y presenta a los personajes de un modo ágil e interesante. Pero desde el momento en el que sucede el primer contratiempo, me desconecto. No sé por qué. Ya digo, seré yo. La trama me suena muy lejana, muy americana, muy de telefilm de serie B. No me identifico con ninguno de los personajes. Ni con el "bueno" de Hank, ni por supuesto con los desesastres de su hermano y el amigo. Nada. Y Sarah, la mujer de Hank, también me parece muy lejana y completamente ajena.

Por otra parte, la historia no me resulta real. Si, es cierto, ¿quién no ha pensado qué haría si encontrase un montón de dinero que parece no pertenecer a nadie (en concreto más de cuatro millones de dólares)? No digo que la idea no sea atrayente, pero es el desarrollo de la novela el que no consigue captar mi atención. Quizá porque los personajes son, como ya he dicho, demasiado americanos. O porque la violencia se empieza a desatar de un modo estúpido, sin sentido alguno desde mi punto de vista. El caso es que la lógica de la novela, que es presentar la situación como si fuese inevitable, como si una cosa llevase a otra del modo más natural, para mí es totalmente forzada. No le veo sentido. Vamos, que yo no me quedaría con el dinero. Y no porque sea más íntegra que nadie, sino porque con esos compañeros de fechorías está claro, desde el principio, que algo va a pasar. Y vaya si pasa...

No voy a desvelar nada, pero sí diré que todo pasa para que nada cambie. El final, esta vez, no es de cuento de hadas. Es triste y descorazonador. Aunque la moraleja está clara: el que la hace la paga.

Si "Un jardín olvidado" me pareció un libro demasiado femenino, este, "Un plan sencillo", me parece demasiado masculino. Tiene un exceso de violencia y testosterona para mi gusto.

Pero, como digo, las opiniones que he escuchado y he leído sobre el libro son totalmente distintas. ¿Cuál es la tuya?

jueves, 17 de noviembre de 2011

Arder en la memoria

He decidido ir publicando trozos de mis novelas. Comenzaré por la última "Arder en la memoria". He elegido una parte que puede considerarse una historia independiente. Para no estropear la novela a ninguno de los que la estáis leyendo, voy a cambiar los nombres de los personajes, de manera que no sean identificables. El resto, lo mantendré igual.

Espero que os guste y os anime a leerla entera. Si es así, pedídmela, a través del blog y ya veré el modo de que os llegue.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Tarántula

No os había anunciado que iba a comentar esta novela y casi, casi, se me olvida hacerlo. Es tan cortita y se lee tan deprisa, que la terminé cuando acababa de publicar la reseña de la última y me pareció que no debía hacer dos tan seguidas.

No sé cuántos conocéis la novela. Al menos por el título. Es de un autor francés, Thierry Jonquet. El título original es Mygale y fue publicada en 1995. ¿Nada?, ¿no os suena?. ¿Y si os digo que es la novela en la que se ha basado Pedro Almodóvar para el guión de su última película, "La piel que habito"? Ahora sí, ¿verdad?

Bueno, pues yo no he visto la película, así es que no voy a opinar sobre ella. Y que conste que el director manchego es uno de mis preferidos (quizá tenga algo que ver lo de que sea manchego). Pero el libro es recomendable. Muy recomendable. Es una novela negra, pero no una al uso, con detective o policía que va desenmarañando la trama. No. Esta es distinta. Estaría a mitad de camino entre los libros policiacos tradicionales y los de terror, pero de terror psicológico. Porque las complicadas relaciones que narra "Tarántula" te hancen pensar en la complejidad del pensamiento humano.

Como decía, no hay aquí un bueno, un "poli" o un amigo de la víctima dispuesto a desvelar la trama, sino que son los propios personajes, los atormentados sufrientes de la historia, los que van desenredado el hilo con el lector. Y sorprende. De verdad que sorprende. No voy a decir nada más porque no quiero estropear la lectura a nadie. Solo diré que el autor (que murió en 2009) solía inspirarse en hechos reales, leídos en los periódicos y en las noticias de sucesos. También escribía teniendo en cuenta su experiencia como terapeuta en centros geriátricos y psiquiátricos. Y eso hace la novela más aterradora aún. Saber que cosas así pueden pasar. Que la mente humana puede idear juegos de sumisión, torturas físicas y psíquicas difícilmente imaginables.

Haciendo honor a mi fama de repelente (que sé que un poco sí que la tengo) diré que lo único que he echado de menos es no haber leído la versión original. Creo que, por muy buenas que sean las traducciones, siempre se pierden los matices, como pasa en el cine. Aunque, no me engaño, sé que no tengo conocimiento suficiente del idioma  francés como para haberlos captado en esa lengua.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Crisis de identidad

Llevo algo más de una semana sin publicar ningún relato nuevo y, aunque he puesto el resumen de mi última novela y he añadido una página con la sinopsis de las tres que he escrito, no quería dejar pasar más tiempo sin dejaros una nueva historia.

Quizá os recuerde a "Alter ego" (que, por cierto, he enviado a un concurso, ya veremos si hay suerte). Como ese relato, el de hoy fue escrito hace algunos años pero, como no he encontrado los originales, he decidido reescribirlos. "Crisis de identidad" es menos filosófico, más atado a la tierra (o más de andar por casa si queréis) pero igualmente imposible. En él (como casi en todos) las constantes de la vida que no cubre las expectativas, del paso del tiempo y, en definitiva, de no saber valorar lo que realmente tenemos. Espero que os guste

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Arder en la memoria

Y llegamos a la tercera novela. La última que he escrito hasta ahora. Se llama "Arder en la memoria" por uno de los versos del soneto de Quevedo "Amor constante más allá de la muerte". En concreto, el verso dice: Dejará la memoria, en donde ardía... Esa es una pista sobre el contenido de la novela.

Se trata de mi particular homenaje a mi pueblo. El pueblo en el que no nací, pero del que viene toda mi familia: Villanueva de los Infantes. En él murió Francisco de Quevedo en 1645 y, durante años,  el escritor ha sido el personaje más ilustre del lugar. Últimamente está teniendo que disputar el puesto con Cervantes, ya que unos estudios han venido a demostrar que "el lugar de la Mancha" era Infantes y desde entonces, don Quijote le roba protagonismo a don Francisco.

Como digo, es un homenaje a Infantes. Una novela con dos tramas muy distintas que suceden en momentos históricos diferentes, el siglo XVII y la actualidad, pero teniendo ambas como marco ese pueblo. No es puramente una novela histórica, sino una novela que tiene lugar en un contexto histórico, por lo que, aunque he intentado respetar hechos, lugares y costumbres, no es un fiel reflejo de la vida de la época.

Y lo que une las tramas son los sentimientos, que no cambian, que se repiten de forma inmutable pese al paso de los siglos.

En estos momentos, la novela está siendo valorada por Espasa. Esperemos que tenga mejor suerte que "Ni patria ni tribu".

En este caso también necesité una labor de investigación y, contrariamente a lo que me sucedió en la segunda novela, en esta el problema fue el exceso de información. La vida de Quevedo está tan bien documentada, el siglo XVII español se conoce tan exhaustivamente, que era fácil equivocarse. Espero no haberlo hecho. O al menos, que no se note demasiado.

Como siempre, os dejo un resumen.

Año 2011. Beatriz sueña con tener el valor suficiente para cambiar definitivamente su vida y para ello huye de Madrid y se recluye voluntariamente en Villanueva de los Infantes, un pueblo de la Mancha.

Año 1645. Rosario sueña con salir de ese mismo pueblo, en el que nació y que se ha convertido en una prisión para él, con sus anhelos puestos en la capital.

Escenarios idénticos que acogen dos historias muy distintas, separadas por más de trescientos años, pero unidas por las emociones, que se repiten a través de los siglos: amor, venganza, desesperación, intrigas, odios y muertes. Unas muertes que tejerán finalmente la conexión entre Beatriz y Rosario, a la sombra de la Inquisición y con la aportación involuntaria de uno de los grandes autores de las letras castellanas: Francisco de Quevedo.